Las espondiloartritis  son un grupo de  enfermedades reumáticas crónicas que cursan con  dolor e inflamación fundamentalmente en la columna vertebral, articulaciones y tendones.  No obstante, pueden ir acompañadas de una afectación psicológica y social importante, llegando a afectar a la calidad de vida del paciente que, en ocasiones, puede desarrollar ansiedad, depresión, alteraciones del sueño y también se puede asociar a la fibromialgia.

El estado de ánimo de las enfermedades crónicas y potencialmente incapacitantes como son las espondiloartritis causan un importante impacto psicológico en aquellos que la padecen. La enfermedad puede afectar a su capacidad para trabajar o para realizar ciertas actividades como hacer deporte o cuidar y jugar con sus hijos. En ocasiones  los pacientes algunas veces se desaniman, cumpliendo mal los tratamientos, o realizando hábitos de vida no saludable (consumo de tabaco o bebidas alcohólicas), que aumentan las repercusiones negativas sobre su salud y el curso de su enfermedad. En este sentido, se ha demostrado la repercusión negativa que provoca el tabaquismo en la actividad de la enfermedad, empeorándola.

En estas patologías existe un retraso en el diagnóstico y ello puede llevar a una problemática de la esfera psicológica y social del paciente: de la salud física, con limitaciones en el movimiento y otras comorbilidadades, provocando una discapacidad importante. En ocasiones los afectados pueden presentar alteraciones en su vida laboral, dado que estas enfermedades debutan en gente joven, lo cual supone una carga social importante. De hecho, se estima que la espondilitis anquilosante es más frecuente en varones jóvenes siendo la edad de inicio anterior a los 30 años.

Por tanto, es fundamental el diagnóstico precoz de la espondiloartritis y tratamiento temprano, al mismo tiempo que fomentar un abordaje integral del paciente en todas las esferas: física, psicológica y social.

Asimismo, es muy importante mejorar la información del paciente sobre la enfermedad, y promover el seguimiento del reumatólogo, que cuente con ayuda de una enfermera especializada en reumatología y, en ocasiones, seguimiento por parte del psicólogo o psiquiatra. Si bien, el apoyo familiar y social también mejorará la esfera psicológica. En este sentido, las asociaciones de pacientes también juegan un papel primordial para asesorar, formar y apoyar a los afectados.

Por otra parte, el ejercicio físico dirigido es muy importante en pacientes con espondiloartritis, con beneficios a diferentes niveles. En el ámbito psíquico, realizar ejercicio favorece una mejoría de la depresión, la ansiedad, la calidad del sueño y por tanto la calidad de vida del paciente mejora. También presenta beneficios en otras áreas como la disminución del dolor y la rigidez y, globalmente, del estado de ánimo del paciente.

* Dra. Ana Urruticoechea Arana

Jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Can Misses