Hoy, 29 de octubre se celebra el Día Mundial de la Psoriasis y la Artritis Psoriásica (APS).

La artritis psoriásica es una enfermedad inflamatoria que afecta a las articulaciones y/o entesis (zona de unión de ligamentos y tendones al hueso), además de otras estructuras del sistema musculoesquelético (columna vertebral y/o articulaciones sacroilíacas), que cursa con dolor, hinchazón, calor, dificultad del movimiento, y que desarrollan en torno al 10-30% de los pacientes con psoriasis en la piel. Según datos recientes del estudio de prevalencia de enfermedades reumáticas en población adulta en España (EPISER) de la Sociedad Española de Reumatología, la prevalencia de artritis psoriásica se sitúa en el 0,58% de la población, lo que supone que hay aproximadamente 220.000 afectados en España y este colectivo de pacientes sigue sufriendo un retraso diagnóstico.

En el marco del Día Mundial de la Psoriasis y la Artritis Psoriásica (APS) que se celebra hoy, 29 de octubre, “desde la Sociedad Española de Reumatología insistimos en la necesidad de que los afectados practiquen ejercicio físico, tal y como se recoge en el proyecto ‘Reumafit’, ya que mejora la forma física, la flexibilidad y el dolor. Además, contribuye a disminuir la inflamación y aumenta la calidad de vida”, según recalca la Dra. Raquel Almodóvar, reumatóloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid) y una de las coordinadoras de esta iniciativa.

Por su parte, desde Acción Psoriasis han organizado diversas actividades en el marco del Día Mundial, bajo el lema “Familia y enfermedad psoriásica”. Para Santiago Alfonso, director de Acción Psoriasis, “las personas con psoriasis y artritis psoriásica deben contar con el apoyo familiar y, por su parte, las familias deberían poder tener recursos suficientes que las empoderen en el concepto de la enfermedad psoriásica, para poder entender y ayudar mejor a los afectados”. Por eso, a su juicio, es fundamental promover actividades de formación y concienciación; así como fomentar el asociacionismo. También hace hincapié en la necesidad de favorecer un abordaje y manejo multidisciplinar puesto que esta patología puede afectar a múltiples órganos y sistemas.

Diferentes estudios muestran que “la obesidad y el síndrome metabólico son más prevalentes en las personas con artritis psoriásica que en población general e incluso que entre los pacientes exclusivamente con psoriasis. Esto provoca un peor pronóstico al asociarse a mayor actividad, severidad de la artritis psoriásica, depresión, peor calidad de vida e incremento del riesgo cardiovascular. Por ello, es fundamental que los pacientes tomen conciencia, se impliquen en el control de su enfermedad y adopten hábitos de vida saludables”, advierte.

En este sentido, también se ha demostrado que el alcohol y el tabaco influyen negativamente en esta enfermedad inmunomediada. “Los pacientes fumadores con espondiloartritis responden peor a los tratamientos y presentan más lesiones en sus radiografías de columna que los que no fuman. De manera que dejar de fumar mejorará su enfermedad y, por tanto, su calidad de vida”, precisa la Dra. Almodóvar, quien también destaca que “a pesar de ser una enfermedad crónica, con las nuevas terapias se asegura que el  paciente puede realizar las acciones diarias de forma independiente, manteniendo una vida activa”.

En su opinión, “esta enfermedad ha experimentado una intensa innovación en la práctica clínica con las nuevas terapias, la participación activa de los pacientes en las recomendaciones y en las medidas de desenlace de la enfermedad, así como en el desarrollo de cuestionarios que reflejan el impacto de las diferentes manifestaciones de la enfermedad sobre el paciente”.

Otras manifestaciones de esta patología

La artritis psoriásica se trata de una enfermedad crónica incluida dentro de las espondiloartritis que evoluciona de manera irregular a lo largo de la vida alternando épocas de inactividad y otras de inflamación y dolor. Se inicia lentamente y su forma de manifestarse es diferente para cada individuo. El principal síntoma dérmico de esta patología es la aparición de placas de piel enrojecida bien delimitadas, cubiertas de escamas blanquecinas y que frecuentemente se distribuyen de forma bilateral afectando a zonas de roce como los codos o las rodillas (psoriasis).

En ocasiones, la artritis psoriásica puede afectar a otras partes del cuerpo diferentes de las articulaciones. “De hecho, se estima que un subgrupo de pacientes presenta afectación ocular bilateral que puede pasar desapercibida al inicio, pero que se debe prestar atención en ella, ya que podría derivar en una uveítis. Por otra parte, también se puede ver afectado el tubo digestivo, puesto que se ha demostrado que hay un nexo entre la inflamación intestinal y la articular (enfermedad inflamatoria intestinal)”, indica la especialista.

Respecto a las comorbilidades, aproximadamente más de la mitad de los pacientes con artritis psoriásica pueden presentar alguna enfermedad asociada y hasta un 20% puede tener hasta tres o más afecciones asociadas. Otras enfermedades que pueden relacionarse de forma más frecuente son dislipemia y diabetes. Todas estas condiciones, junto con la inflamación que produce la enfermedad sin control, aumenta el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular (infarto, ictus, etc.).