El tabaquismo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades reumáticas, tanto inflamatorias, como autoinmunes sistémicas. En el caso de la artritis reumatoide (AR) es el factor ambiental más estrechamente relacionado con el desarrollo de esta patología. Existe una amplia evidencia científica que demuestra que ser fumador aumenta el riesgo de sufrir AR. “Este riesgo sería mayor en fumadores activos que en no fumadores y sería también dosis dependiente, es decir, que a más cantidad de cigarrillos al día fumados y, especialmente, a más años de hábito tabáquico existirá un mayor riesgo que, además persistiría aumentado hasta 10 años después de haber dejado de fumar”, ha indicado la Dra. Virginia Ruiz-Esquide, reumatóloga en el Hospital Clínic de Barcelona, durante el XLIV Congreso de la Sociedad Española de Reumatología.

Los estudios demuestran que hasta un 20% de los casos de AR estarían causados por el tabaquismo, sin embargo, no hay evidencia del riesgo por exposición pasiva al tabaco.

Tabaco y tratamiento

Muchos trabajos de investigación se han encaminado a analizar el impacto del tabaco en la severidad de la artritis reumatoide y en su tratamiento.

En cuanto a la severidad, la Dra. Ruiz-Esquide ha señalado que “parece estar claro que los pacientes fumadores presentan con mayor frecuencia manifestaciones extra-articulares (hecho que señala una artritis más agresiva) y un debut más temprano de la enfermedad”.

Algunos datos indicarían además que los pacientes fumadores podrían tener una mayor afectación radiológica, sin embargo, tal y como ha puntualizado la reumatóloga, “esto no está del todo claro, ya que algunos estudios no han observado asociación entre el fumar y la afectación radiológica”.

En cuanto al tratamiento de la artritis reumatoide la evidencia científica es amplia y consistente, “los pacientes con AR que son fumadores activos tienen una menor probabilidad de lograr una buena respuesta al tratamiento con metotrexato (piedra angular en el tratamiento de la AR), así como también a la mayoría de los tratamientos biológicos (anti-TNF y rituximab)”, ha señalado la Dra. Ruiz-Esquide.

Efectos de dejar el tabaco

Existen muy pocos estudios que hayan analizado qué ocurre con la AR en pacientes fumadores que abandonan el hábito tabáquico una vez ya ha aparecido la artritis, por lo que “no disponemos de evidencia científica suficiente para poder responder a esta pregunta. Sin embargo, podemos sospechar que al eliminar este factor ambiental que sabemos aumenta la inflamación y la producción de citoquinas, es posible que tenga un efecto beneficioso sobre la artritis”, ha explicado la especialista.

Lo que sí se ha demostrado, es que “los pacientes fumadores con AR tienen mayor mortalidad que los no fumadores y que ésta se reduce de forma progresiva al dejar de fumar”, ha puntualizado la Dra. Ruiz-Esquide.