BEHCET-AFQué es

La enfermedad de Behçet es una enfermedad inflamatoria crónica no contagiosa que se caracteriza por la presencia de aftas orales y genitales recurrentes, que además puede  asociar problemas oculares, vasculares y cutáneos.

Prevalencia

Esta enfermedad es muy poco frecuente en nuestro medio, afecta a hombres y mujeres por igual y la edad de comienzo suele situarse entre los 20 y 40 años, aunque puede ocurrir en cualquier edad. No se conoce exactamente cuál es su causa, pero sí se sabe que algunas personas pueden tener cierta predisposición genética.

Es más común en áreas como el Medio Oriente, el este de Asia y el Mediterráneo, y menos común en otras partes del mundo. En general, se estima que afecta a menos de 1 de cada 10.000 personas en la población general. Los estudios en España cifran la prevalencia entre 5 y 10 casos por 100.000 habitantes.

Síntomas

El síntomas predominante, son las aftas (“yagas”), que aparecen de manera crónica y repetida en la boca y los genitales. Son dolorosas. También pueden aparecer otras manifestaciones en al piel como la foliculitis.

Además de la piel puede causar inflamación de las articulaciones (artritis), inflamación intestinal, que suele cursar con diarrea, e inflamación del sistema nervioso, tanto central (cerebro, cerebelo, tronco cerebral, médula espinal, meninges) como de los nervios periféricos (brazos y piernas).

La base de las lesiones es la inflamación de arterias y venas (vasculitis).

Los síntomas pueden durar desde días a semanas, o pueden persistir durante meses o años.

La evolución de la enfermedad de Behçet es en general intermitente, con períodos de remisión (sin actividad inflamatoria) y de exacerbación (períodos de actividad) a lo largo de los años. Generalmente tiende progresivamente hacia la remisión y a una menor intensidad de los periodos de actividad. Más del 60% de pacientes no desarrolla manifestaciones graves a lo largo de la enfermedad.

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad de Behçet es clínico. Se basa en la interpretación del médico de un conjunto de signos y síntomas característicos de la enfermedad de los cuales los que más peso tienen son la presencia de ulceras orales y genitales y las lesiones inflamatorias de los ojos. Otras manifestaciones importantes son algunos tipos de lesiones en la piel, episodios de flebitis o trombosis, artritis, meningitis, trastornos intestinales, entre otros.

Su diagnóstico puede demorarse años. Esto es debido a su baja prevalencia y a que puede ser difícil de diagnosticar dada la gran variabilidad de sus síntomas, que pueden superponerse con los de otras enfermedades.

Tratamiento

Como la causa de la enfermedad es desconocida, el tratamiento se hace de acuerdo a los síntomas individuales y al momento de su aparición. Los medicamentos están dirigidos a reducir la inflamación o bien a intentar regular el sistema inmunológico. Algunos de los
medicamentos usados son: corticoides, antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos, colchicina, inmunosupresores y otros fármacos como la pentoxifilina y la dapsona.

Cada vez hay un mayor conocimiento sobre el uso de biológicos.

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