Seguro que al escuchar el término fármaco biológico se te plantean muchas dudas. ¿Qué es? ¿Cómo actúa? ¿Cómo se guarda? José Mª Martín, enfermero del Hospital Universitario Señora de la Candelaria (Tenerife, Canarias) nos ayuda a resolver estas cuestiones con su experiencia personal.

Hace unos días vino a la consulta de enfermería una paciente, que previamente había estado en consulta con su reumatólogo. Acudía a mí con diferentes preguntas, ya que su reumatólogo le había dicho que, debido a la evolución de su enfermedad, le iba a pautar un tratamiento biológico, contándole un poco en qué consistía, ya que todavía tendría que esperar para su aprobación. Y a raíz de ahí se plantearon las siguientes cuestiones:

Paciente (P): ¿Por qué tengo que esperar para su aprobación?

Respuesta (R): Esto es debido a un tema totalmente burocrático y porque son fármacos de un coste muy elevado, que suponen un gran esfuerzo al sistema sanitario. Dependiendo del hospital, la aprobación se da después de una sesión clínica (reunión de los reumatólogos del hospital) en la que entre todos deciden cuál es el mejor biológico para el paciente. En otros hospitales, el jefe de Servicio de Reumatología debe hacer un informe para su aprobación en comisión de farmacia; y en otros, previo informe del jefe de Servicio, se debe esperar a la autorización de la dirección médica del hospital.

P: Pero ¿qué es un biológico?

R: Un fármaco biológico es un medicamento creado por ingeniería genética, con un proceso de fabricación muy complejo y costoso, que actúa sobre el sistema inmunitario, o sea que actúa sobre las células del organismo que producen la enfermedad. Este fármaco actúa directamente sobre la enfermedad para frenarla.

P: ¿Y cómo se administra?

R: Existen dos maneras de administración, dependiendo del biológico pautado por el reumatólogo según el grado de la enfermedad o situación actual.

Por vía intravenosa. En este caso hay que acudir al Hospital de Día para que, después de canalizar una vía, se administre por vena. Y dependiendo del biológico que sea, se deberá permanecer más o menos tiempo; y acudir cada mes o dos meses para la administración del mismo.

La otra es la vía subcutánea. En este caso y después de un proceso de aprendizaje, ya que existen muchas jeringas y plumas para la administración del mismo, se lo pueden poner los pacientes en casa; ya que se pincha en el abdomen o los muslos.

P: En el caso de que sea subcutáneo y me lo pueda poner, ¿qué debo saber?

R: Una vez aprobado el tratamiento, se deberá ir a la farmacia ambulatoria del hospital a recogerlo. Después en la farmacia o en la consulta de enfermería, se facilitará una nevera con placas de frío. También se da un contenedor para desechar las jeringas o plumas, ya que no se pueden tirar a la basura.

Actualmente todos los biológicos que existen deben conservarse en frío, que no congelados. Por eso cada vez que se recoja hay que llevar la nevera y las placas de frío; y una vez en casa ponerlos en la nevera lo antes posible.

P: Y en la nevera, ¿dónde hay que ponerlos?

R: El mejor lugar es en el cajón de las verduras, ya que es uno de los cajones que menos se abre, y si tienes niños en casa, en ese cajón no suelen mirar. No se deben poner en la puerta, ya que al abrir y cerrar la misma, aunque sea poco, se rompe la cadena de frío; y en las estanterías de arriba tampoco se deben colocar, ya que hay riesgo de que toquen la parte trasera y se congelen.

P:  Y para ponérmelo, ¿cómo debo hacer?

R: Se explicará con detalle en la consulta la técnica de administración, que suele ser en el abdomen o los muslos, dependiendo del biológico. También se marcará en un calendario los días que toque pincharse, ya que, según el biológico, puede ser cada semana, 2, 4 o cada 8 semanas. Se debe intentar que sea siempre más o menos a la misma hora. Y como está conservado en frío, hay que sacarlo de la nevera media hora antes de ponerlo para que esté atemperado, ya que si se pone frío pueden aparecer lesiones en la piel.

P: Al viajar en avión, ¿qué se debe hacer?

R: El medicamento se debe conservar en frío, luego siempre debe ir en la nevera de transporte con sus placas de frío. Si se viaja en avión, en ningún caso debe facturarse y se tiene que llevar como equipaje de mano. Para poder pasar el control, ya sea en la farmacia o en la consulta se facilitará un documento, tanto en castellano como en inglés, para que no haya ningún impedimento para poder embarcar. Si el viaje fuera muy largo, sería conveniente ponerse en contacto con el personal de vuelo para ver la posibilidad de guardar la medicación en una zona refrigerada.

 

*Respuestas de José Mª Martín, enfermero del Hospital Universitario Señora de la Candelaria (Tenerife, Canarias) y miembro del Grupo de Trabajo de Enfermería en Reumatología de la SER.