La artritis psoriásica (APs) es una enfermedad inflamatoria crónica heterogénea con diferentes formas de presentación que evolucionan entre sí a lo largo del curso de la enfermedad y que, además, confiere diferencias de género más allá de algunas manifestaciones clínicas como en el impacto o la carga de la enfermedad, respuesta al tratamiento y en el diagnóstico. “las mujeres alcanzan con menos frecuencia los objetivos terapéuticos (MDA, remisión por DAPSA), tienen en general peor respuesta a los tratamientos y estos tienen menos persistencia que en varones. También refieren más intolerancias y efectos adversos que los hombres y tienen una menor adherencia a los tratamientos en parte por la demora diagnóstica observada en algún estudio”, según ha puesto de manifiesto la Dra. Mª Luz García Vivar, jefa de Sección de Reumatología del Hospital Universitario de Basurto.

En el marco de la VIII edición de los Talleres SER de Artritis Psoriásica, que se han celebrado con la colaboración de Johnson & Johnson, la especialista también ha hecho hincapié en que “uno de los objetivos de las Unidades multidisciplinares es mejorar la demora diagnóstica de los pacientes con artritis psoriásica que, según una encuesta realizada a los pacientes de la asociación Acción Psoriasis, se estima en nuestro medio en 4 años aproximadamente”.

Asimismo, -ha añadido- “hay estudios que han revelado una demora diagnóstica de 6 meses en las mujeres y, en general, se constata que las formas entesíticas, que son más frecuentes en mujeres, se asocian con una mayor demora diagnóstica”.

En cuanto a las manifestaciones, la reumatóloga recalca que “los varones presentan más afectación axial equiparable a la espondilitis y las mujeres más poliartritis de manos. En este sentido, publicaciones recientes confirman que los recuentos de articulaciones dolorosas son mayores en mujeres (más entesitis), puntúan peor los PROMs (Patient-Reported Outcome Measure, por sus siglas en inglés) y padecen, por tanto, mayor carga de enfermedad e impacto laboral”.

En opinión de la Dra. García Vivar, “es evidente que existen diferencias entre mujeres y hombres a la hora de enfermar y percibir la enfermedad, pero la realidad es que en los estudios y en los ensayos clínicos estas diferencias no se analizan con la frecuencia y la profundidad que recomienda la normativa de perspectiva de género en investigación (SAGER, 2016). A este respecto, existen iniciativas internacionales para estudiar las diferencias de género en la enfermedad y en el comportamiento frente a los tratamientos, que se espera puedan aportar nuevas evidencias que ayuden al manejo óptimo, también de las mujeres con APs”.

El último estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología estima por primera vez la prevalencia de la artritis psoriásica en la población española y la sitúa en el 0,58% lo que significa que hay unos 230.000 afectados aproximadamente en nuestro país, y en dicha investigación se observó una prevalencia ligeramente inferior en mujeres. Si bien, otros estudios apuntan a un ligero incremento de la incidencia en las mujeres.02