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Autor: Jorge
Enfermedad: Artritis psoriásica
Parece que fue ayer cuando andaba por la vida sin grandes problemas. Era un chico joven de 19 años estudiante y apasionado del deporte, con mis idas y venidas y siempre pensando que lo mejor estaba por llegar… ¡Nada más lejos de la realidad!
Pero un día, al levantarme por la mañana me percaté de que habían brotado unas heridas en la piel por distintas partes de mi cuerpo. Al principio decidí no contar nada a nadie pero con los días estas heridas fueron creciendo, así que decidí acudir al médico y me diagnosticaron psoriasis.
Con el primer tratamiento noté una gran mejoría pero a los pocos meses la psoriasis invadió el 65% de mi cuerpo, lo que fue un duro golpe para mí, hasta el punto de acabar encerrándome en casa el mayor tiempo posible. Cuando comenzaba a concienciarme de ello empezaron los dolores en los tobillos y tras acudir de nuevo al médico me confirmaron que se trataba de artritis psoriásica.
Desde entonces sufro dolores en las articulaciones y cansancio. Pero aun así, y aunque a veces cueste trabajo, soy de ese tipo de personas a las que les gusta mirar todo desde un punto de vista amplio y objetivo. Gracias a la psoriasis que sufro, he tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa. Gente que sin sufrirla no hubiera conocido y que para mí son algo más que compañeros de batalla, son amigos. También padecer una enfermedad crónica me ha hecho ser mejor persona y aumentar mi grado de empatía con quiénes que sufren problemas de cualquier índole. Me ha permitido ser una persona mucho más culta y más útil para la sociedad de lo que lo era antes. He logrado cumplir objetivos que nunca me habría planteado. Sigo vivo y con mi lucha, porque aunque haya venido para quedarse, todas las variantes de la psoriasis que padezco tienen que saber que siempre estaré al pie del cañón y que no retrocederé. He aprendido a darle la vuelta a la tortilla y a ver lo positivo de lo negativo.
Puedes leer la historia completa de Jorge, aquí.
