La prevalencia de la artritis psoriásica en la población adulta española se sitúa en el 0,58%, lo que supone cerca de 230.000 afectados aproximadamente.

La artritis psoriásica (APs) es una enfermedad inflamatoria crónica heterogénea, que se estima afecta hasta un tercio de los pacientes con psoriasis y puede debutar en cualquier momento de la vida. Entre sus causas, se han identificado factores genéticos y otros ambientales siendo la obesidad, los traumatismos, el tabaco y el alcohol, los que más se relacionan con el desarrollo de esta patología que, según datos del estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología, tiene una prevalencia del 0,58% entre la población adulta española, lo que equivale a 230.000 afectados aproximadamente. “Esta es una cifra significativa a la que se debe prestar atención y hacer hincapié en mejorar el diagnóstico precoz”, según ha destacado la Dra. Beatriz Joven, reumatóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

En el marco de la IX edición de los Talleres SER de Artritis Psoriásica, que se han celebrado con la colaboración de Johnson & Johnson, la especialista y una de las coordinadoras de este encuentro, ha explicado que “la obesidad genera un estado inflamatorio de bajo grado que favorece tanto la propia psoriasis como la APs, mientras que el traumatismo genera estrés mecánico que puede derivar en inflamación (mecanoinflamación). La relación de tabaco y alcohol con la APs es más controvertida, pero por la repercusión en el manejo se debe aconsejar a los pacientes dejar de fumar y beber alcohol”.

Además, la artritis psoriásica se asocia sobre todo con el síndrome metabólico, en parte porque está muy implicado en la patogenia. “Con frecuencia los pacientes padecen hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemia, obesidad, hígado graso y todo esto unido a la inflamación favorece un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”, ha advertido la especialista.

Entre los avances principales, la Dra. Joven ha hecho mención al mejor conocimiento de la transición entre psoriasis y artritis psoriásica, “aunque todavía quedan lagunas sin cubrir, como para saber con exactitud qué pacientes van a desarrollar APs” y ha celebrado que “también se ha ampliado el arsenal terapéutico con diferentes dianas muy eficaces, con un perfil de seguridad aceptable, aunque sin llegar a los niveles de eficacia de la psoriasis”.

A su juicio, “el futuro en la APs se dirige hacia el tratamiento cada vez más precoz, en fases preclínicas, en lo que se denomina ‘intercepción’; así como hacia una mejor comprensión sobre cómo manejar el paciente refractario y de difícil abordaje”.