La gota es una enfermedad que depende de los niveles de ácido úrico en sangre. Si estos niveles están altos, el ácido úrico se acumulará en las articulaciones y otros tejidos (piel, tendones, riñón, sistema cardiovascular…) y provocará síntomas que pueden llegar a ser muy limitantes. El ácido úrico puede subir en sangre por varios motivos, algunos de ellos controlables si ajustamos algunas medidas de estilo de vida.

Como pacientes tenemos que tener claro que lo más importante para que el manejo de la gota sea el adecuado es cumplimiento del tratamiento y de las indicaciones de nuestro médico. Esto hará que los niveles de ácido úrico en sangre sean los adecuados (sabemos que la recomendación más útil marca que siempre consigamos niveles por debajo de 6mg/dL para que la gota tenga una buena evolución).

¡Cuidado con lo que bebes!

A esto podemos añadirle otras medidas no farmacológicas que minimizarán las complicaciones tanto articulares como orgánicas relacionadas con la gota, medidas que en verano adquieren especial importancia. Por ejemplo, la insuficiente hidratación puede hacer que el ácido úrico suba en sangre, por lo que debemos procurar tomar abundantes líquidos (salvo que tengamos alguna restricción concreta por alguna patología renal). Dicha hidratación tiene que tener en cuenta varios detalles que la harán mucho más efectiva. Lo primero es evitar el consumo excesivo de bebidas ricas en azúcares. Estos azúcares, abundantes en muchas bebidas de uso muy común, compiten en el riñón con el ácido úrico e impiden que este se excrete con normalidad, por lo que estas bebidas deberían ser limitadas además de dar prioridad a productos “light” bajos en azúcares.

También es de sobra conocido cómo afecta el consumo de alcohol a la gota. En verano el consumo de bebidas alcohólicas puede subir teniendo en cuenta que se hace más vida social, “en la calle”, que habitualmente además disfrutamos de periodos vacacionales en los que el control dietético puede relajarse. Tenemos que tener claro que el consumo excesivo de cerveza, incluida la cerveza con alcohol, así como las bebidas llamadas espirituosas (vodka, ron, ginebra, whisky…) pueden aumentar los niveles de ácido úrico en sangre y desencadenar brotes de gota. Por el contrario, el vino no ha demostrado ser nocivo para la gota en cantidades moderadas, esto es 1-2 vinos en la comida, lo que además puede tener beneficios cardiovasculares. Por lo tanto, cambiar nuestro hábito de consumo de alcohol en este sentido puede ser beneficioso, teniendo en cuenta la presencia social tan importante de este tipo de bebidas en nuestro día a día.

¿Y los zumos y verduras?

Los zumos también pueden ser otro aliado en nuestra hidratación durante el verano. Parece que la vitamina C podría tener cierto beneficio para la gota (siempre teniendo en cuenta la cantidad de azúcares de dichos zumos).

Por otro lado, las purinas de origen vegetal no han demostrado que aumenten los niveles de ácido úrico en sangre, por lo que no habría restricción especial en el consumo de vegetales que tradicionalmente se habían asociado a una mala evolución de la gota, principalmente el tomate, los espárragos o las espinacas, muchas veces muy presentes en nuestra dieta veraniega.

Intenta evitar el sobrepeso

Tenemos claras ya las pautas para una correcta hidratación. ¿Qué más podemos hacer en verano para que nuestra gota no empeore? Sabemos que el ejercicio, mantener una vida activa y evitar el sobrepeso, también son importantes para la gota per se y también para el control del resto de factores de riesgo cardiovascular.

En verano no debemos descuidar esto, manteniendo una actividad deportiva regular, así como un adecuado control del sobrepeso. Hay que tener precaución con dietas basadas en ayunos prolongados, ya que provocan movilización interna del ácido úrico que puede desencadenar ataques de gota. Y una vez más, durante el ejercicio debemos mantener una correcta hidratación por lo comentado anteriormente.

 

PUNTOS CLAVE PARA EVITAR QUE LA GOTA EMPEORE EN VERANO:

  1. – Mantener adecuada hidratación.
  2. – Evitar el consumo excesivo de alcohol, especialmente cerveza y cerveza sin alcohol.
  3. – No discontinuar el tratamiento farmacológico durante las vacaciones.
  4. – Evitar comidas copiosas y ayunos prolongados.
  5. – Evitar el consumo excesivo de alimentos de origen animal ricos en ácido úrico, especialmente mariscos, carnes rojas y vísceras.
  6. – No consumir bebidas azucaradas.
  7. – Ojo con el sobrepeso.
  8. – Realizar ejercicio

 

Dr. Alejandro Prada, reumatólogo del Hospital Universitario de Torrejón.

Secretario del Grupo de estudio de la SER sobre artropatías microcristalinas (GEACSER)