Un estilo de vida saludable en pacientes con enfermedades reumáticas mejora la respuesta a algunos tratamientos y ayuda a prevenir la progresión.

Los pacientes reumáticos deberían llevar una dieta sana y equilibrada basada en alimentos de origen vegetal, hacer ejercicio físico adaptado a cada paciente y evitar la obesidad, el tabaco y el alcohol. De hecho, “el tabaquismo y la obesidad son los factores que más se relacionan con peores desenlaces y más comorbilidades en personas con enfermedades reumáticas”, según ha puesto de manifiesto la Dra. Lucía Silva, reumatóloga del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, en el marco del XII Curso SER Reumatopics, que se ha celebrado los días 8 y 9 de septiembre en formato virtual, con la colaboración de Menarini.

“Un mayor peso corporal se asocia a más dolor y fatiga, peor función, más progresión y, sobre todo, más comorbilidades en enfermedades como la artrosis y la artritis reumatoide en la que hay extensa evidencia científica en este sentido”, ha detallado. Por su parte, el tabaco se ha relacionado con una mayor actividad de la enfermedad y mayor progresión en varias enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide, el lupus o las espondiloartritis. En este sentido, no sólo predispone a una mayor comorbilidad, sobre todo cardiovascular, sino que también tiene efectos negativos sobre la progresión radiográfica y la incapacidad.

En cuanto al consumo de alcohol -ha añadido la especialista- la mayoría de los estudios se han hecho en gota, donde se ha observado que “además de aumentar la frecuencia de los ataques también puede contribuir a la discapacidad y deterioro de la función renal”. Asimismo, en el ámbito de la alimentación “hay estudios que apoyan la ingesta del aceite de pescado, la fibra, las vitaminas o dietas hipocalóricas para mejorar los desenlaces de la enfermedad, pero no existe evidencia fuerte para recomendar ningún componente de la dieta específico. En este caso la única recomendación que se puede hacer es seguir una dieta saludable y equilibrada, tal y como defiende la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

En definitiva, ha puntualizado la Dra. Silva, “un estilo de vida saludable en pacientes con enfermedades reumáticas facilita el manejo, ya que la respuesta a algunos tratamientos puede ser mejor y ayuda a prevenir la progresión”

El manejo de la gota refractaria

La prevalencia de la enfermedad de la gota en España es del 2,4% de la población adulta, lo que equivale aproximadamente a 800.000 afectados en nuestro país, según los resultados del estudio EPISER 2016 realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER).

En el apartado del curso dedicado a esta patología, el Dr. Fernando Pérez Ruiz, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Cruces, ha explicado que “la gota refractaria define a un grupo de pacientes en los que no se obtiene el resultado terapéutico deseable. El manejo de esta situación implica un diagnóstico correcto, una prescripción de medicamentos reductores de uricemia adecuada en dosis y elección para conseguir objetivos terapéuticos de uricemia, con una prevención de los ataques con medicamentos de eficacia probada y en dosis adecuadas durante el tiempo necesario. También hay que tener en cuenta la prescripción a demanda y considerando las comorbilidades del tratamiento de los ataques de gota que aún pudieran presentarse en las fases iniciales del tratamiento, incluso a pesar de una prevención y una corrección de la uricemia adecuada”.

A su juicio, “los especialistas en Reumatología tienen acreditación específica para un correcto diagnóstico, una adecuada prescripción de tratamientos con medicamentos y un seguimiento adecuado de estos casos de difícil abordaje hasta conseguir los resultados clínicos deseables”.

La gota es una enfermedad curable en la inmensa mayoría de los casos, con desaparición de los síntomas de forma permanente, por tanto, “la educación de los sanitarios y los pacientes son aspectos fundamentales para la consecución de esta meta”, ha insistido el Dr. Pérez Ruiz.

La inteligencia artificial en Reumatología

Durante el curso, también hubo un apartado dedicado a la inteligencia artificial. Los avances en las tecnologías de la computación y en la gestión de los datos han hecho posible el desarrollo de nuevas metodologías de investigación, en donde la inteligencia artificial (IA) ha mostrado un papel muy destacado en los últimos años. En opinión del Dr. Diego Benavent, reumatólogo del Hospital Universitario de Bellvitge, “los análisis mediante IA abren un horizonte de posibilidades en el manejo de enfermedades, con potencial de mejorar las decisiones clínicas. Así, el desarrollo de modelos predictivos busca dar sentido a los datos históricos para anticiparnos en la línea temporal y acercarnos a diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados”.

En este sentido, ha destacado que “existen varios proyectos colaborativos internacionales que persiguen el desarrollo y la implementación de algunos sistemas que puedan facilitar el día a día de la consulta de Reumatología”.