El dolor por desgaste del cartílago de la articulación del hombro es infrecuente en la ausencia de traumatismo. El origen más frecuente del dolor del hombro se encuentra en la lesión degenerativa del manguito rotador, o como consecuencia de un síndrome de compromiso de una zona concreta que condiciona una inflamación que puede derivar en una lesión. Aunque puede haber otro tipo de artrosis a considerar a la hora establecer el diagnóstico y el tratamiento del hombro doloroso.

La degeneración del manguito rotador puede generar dolor, crujidos y diferentes grados de dificultad para la movilidad. El tratamiento inicial de la lesión del manguito rotador es rehabilitador. Se enfoca inicialmente a disminuir el dolor y la inflamación, para posteriormente iniciar ejercicios de fortalecimiento de los músculos del manguito rotador, manteniendo o aumentando el rango de movilidad. Los antiinflamatorios no esteroideos orales, tienen un papel en la resolución de la inflamación que causa el dolor, y son de utilidad en el momento agudo. En el caso de que este abordaje inicial no resuelva satisfactoriamente los síntomas del paciente, se pueden recurrir a las infiltraciones. En determinados casos, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico.

La gran frecuencia de la artrosis cervical

La artrosis cervical puede ser asintomática y tratarse de un hallazgo radiológico incidental, o bien tener un papel como mecanismo perpetuador del dolor cervical por la alteración biomecánica que supone. Se estima que el 80% de las personas mayores de 55 años tiene algún tipo de artrosis cervical y no todos presentan síntomas. En la mayoría de los pacientes, el dolor cervical está relacionado con contracturas musculares que se desencadenan por determinadas actitudes posturales habituales o en consecuencia de una alteración biomecánica por una discopatía cervical. El estrés y el mal descanso nocturno son el origen más frecuente en la población joven. El dolor se localiza de forma preferentemente en la región del trapecio a nivel cervical posterior pudiéndose irradiar hacia la región occipital y hombros.

El tratamiento rehabilitador con calor local y ejercicios específicos de musculatura cervical, torácica y de los hombros que combinen movilización activa y pasiva encaminados a estirar la musculatura son la piedra angular del tratamiento. Los anti-inflamatorios no esteroides y los relajantes musculares actúan sobre el espasmo muscular y son útiles en el dolor agudo. En casos realmente refractarios al tratamiento inicial, las infiltraciones en puntos gatillo a nivel de trapecio, pueden ser útiles en pacientes seleccionados.

En el caso de la cérvico-braquialgia, el dolor se asocia a la sensación de pérdida de fuerza o de sensibilidad en los brazos. Esto puede ocurrir en relación con la afectación de una raíz nerviosa, y según el nivel afectado los síntomas pueden darse en diferentes localizaciones del brazo. El origen suele ser un disco herniado o un osteofito (crecimiento normal del hueso en los cuerpos vertebrales) y esta situación debe ser examinada por su reumatólogo.

 

Dr. Francisco Castro-Domínguez

Unidad de artrosis y dolor, Servicio de Reumatología.

Hospital del Mar, Parc de Salut Mar, Barcelona.

 

 

Fotografía: Fondo de imagen de la SER

Autores: Dres. Juan R. Corts y Juan A. Castellano