La artrosis es la enfermedad osteomuscular más frecuente en el mundo. Está clasificada como la 11ª enfermedad que más pérdida de años vividos ajustados por calidad de vida ocasiona. En España, afecta al 19,6% de la población de más de 40 años.

La artrosis es la enfermedad de un órgano: la articulación. En la artrosis de rodilla se ven alterados todos los tejidos que la forman: el cartílago, el hueso subcondral, la membrana sinovial, la cápsula articular, los meniscos, las bursas, los ligamentos y los músculos. El origen de estas alteraciones es diverso.

Los síntomas principales son el dolor y la limitación de la función articular. Pueden añadirse: rigidez, crepitación, tumefacción, restricción del arco de movimiento articular, inestabilidad articular o atrofia muscular según el caso.

¿Cómo se puede controlar?

A día de hoy, la artrosis de rodilla es una enfermedad que no tiene cura, pero sí existen terapias para controlar el dolor, reducir la limitación de la funcionalidad y tratar de retrasar la evolución de la enfermedad.

Las terapias no farmacológicas, son básicas y se recomiendan a todos los pacientes. Se incluyen: el acceso a información de calidad, la reducción del 5% del peso en 6 meses, el uso de calzado amortiguado y el mantenimiento de una actividad física de moderada intensidad que evite un impacto directo sobre la rodilla.

Dentro de las terapias farmacológicas disponemos de diferentes opciones: orales, tópicas, e intraarticulares.

Con respecto a las terapias farmacológicas orales: el paracetamol es ampliamente utilizado, sin embargo, su eficacia es, en diversos casos, leve y a corto plazo. El sulfato de glucosamina y el condroitin sulfato (farmacéuticos) son considerados modificadores de la enfermedad de acción lenta por una parte de la comunidad científica, y podrían presentar un beneficio sobre el dolor y la función en pacientes seleccionados. Los anti-inflamatorios no esteroideos son eficaces para mejorar el dolor y la función, pero el perfil de seguridad debe ser considerado minuciosamente en cada paciente. La duloxetina puede tener un papel en controlar fenómenos de sensibilización al dolor en determinados pacientes y la utilización de derivados de los opioides, ya sean menores o mayores, debe de decidirse con precaución en pacientes concretos.

Cuidado con la automedicación

En cuanto a los suplementos dietéticos (nutracéuticos) como la boswellia serrata, lípidos insaponificables de aguacate, el colágeno, la cúrcuma longa, la unicaria tomentosa, extracto de cáscara de fruta de la pasión, los ácidos grasos omega-3, el ácido gama-linoleico, la L-carnitina, el extracto de mejillón de labios verdes, el metilsulfonilmetano, el extracto de la corteza de pino, etc., no se recomiendan de manera generalizada, pues los ensayos clínicos que presentan tienen muy importantes problemas metodológicos que dificultan la interpretación de los resultados, pudiendo ser la diferencia con el placebo mínima o inexistente. Si se tiene interés, se recomienda hablar sobre esta posibilidad con su médico y recibir una información fidedigna sobre cada compuesto, ajustada a cada caso concreto, y evitar la automedicación sin un buen consejo previo.

A nivel de terapias tópicas, la capsaicina o los antiinflamatorios no esteroideos en gel o crema pueden tener beneficios a corto plazo, pero uso debe consultarse para cada caso concreto.

En cuanto a las terapias intraarticulares, la viscosuplmentación con ácido hialurónico es una práctica que podría aportar beneficios clínicos a corto y medio plazo en pacientes adecuadamente  seleccionados.

Las infiltraciones con corticosteroides presentan un efecto sobre el dolor a corto plazo y podrían ser utilizadas en aquellos pacientes que presenten derrame articular. Sin embargo, la frecuencia de estas infiltraciones debe limitarse en el tiempo por el riesgo de pérdida de grosor del cartílago a largo plazo.

Células madre: prometedoras para el futuro

Las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetario o plasma rico en plaquetas, podrían ser otra opción en pacientes cuidadosamente seleccionados. Tienen la ventaja de ser un tratamiento autólogo (de nuestro propio cuerpo), minimizándose el riesgo de reacciones adversas a corto y largo plazo. Sin embargo, aún no existen datos fidedignos acerca de la modificación estructural.

Las “células madre” es una linea de investigación prometedora, pero se deben realizar más estudios en cuanto al modo de aplicación, la extirpe celular a utilizar y la seguridad en el caso de expandirlas en cultivo, antes de considerarlo un tratamiento del momento actual.

Por último, la prótesis de rodilla es un procedimiento habitual para el tratamiento de la artrosis rodilla avanzada, pero debe reservarse exclusivamente para aquellos pacientes que no hayan respondido satisfactoriamente a terapias menos agresivas, pues si bien en una parte de los casos es un tratamiento definitivo, no está exento de la posibilidad de complicaciones.

El lavado articular, el desbridamiento artroscópico, la sinovectomía artroscópica o la implantación autóloga de condrocitos, son procedimientos quirúrgicos en deshuso, por presentar un perfil beneficio/riesgo desfavorable.

En la actualidad, existen 4 grandes líneas de investigación muy activas, enfocadas en lo que a día de hoy se consideran las 4 dianas clave del tratamiento de la artrosis: la inflamación, el anabolismo y catabolismo de cartílago, el remodelado óseo y el control del dolor. Estos  grandes esfuerzos de la comunidad científica, podrían empezar a dar frutos en los próximos años con nuevos tratamientos farmacológicos inyectados u orales que mejoren el armamentario terapéutico actual.

Para concluir, en el caso de sufrir dolor en su rodilla, debe acudir a su reumatólogo, recibir una valoración clínica, y si procede, realizar las exploraciones complementarias que su reumatólogo considere en su caso. Tras la evaluación, deben comentarse los riesgos y beneficios de la terapias existentes y entonces elegir la estrategia de tratamiento que se ajuste al caso concreto.

Dr. Francisco Castro-Domínguez

Unidad de patología mecánica, artrosis y dolor. Reumatek. Centro Médico Teknon, Barcelona.

Servicio de Reumatología, Hospital Universitari Sagrat Cor, Barcelona.

Secretario del Grupo de Trabajo SER en Artrosis (ARTROSER) Sociedad Española de Reumatología.