Las espondiloartritis (spondylo: vertebra; arthro: articulación, itis: inflamación) son enfermedades crónicas de larga evolución, inflamatorias que por lo general afectan a la columna, aunque también pueden hacerlo a otros órganos y tejidos, presentándose en el 2% de la población. Su mayor afectación se sitúa en la entesis (zona de unión hueso a tendón, ligamento y/o capsula articular).

Las manifestaciones clínicas evolucionan de forma lenta, en brotes con periodos de exacerbación y periodos libre de sintomatología. El paciente comienza por notar un dolor de localización en una de las nalgas (luego serán ambas) de características atípicas dado que empeora con el reposo y mejora con leve ejercicio físico. Por la noche el dolor se exacerba por lo que no es inusual que se despierte y deba levantarse. Dicho dolor es causado por la inflamación de las sacroilíacas, que sumado a otras entesitis provocan la rigidez matutina presente durante más de una hora. Se pueden presentar además inflamación de articulaciones, dedos muy inflamados que simulan una salchicha (dactilitis), espolón calcáneo y/o aquileo por calcificaciones de la entesis.

Enfermedades que engloban las espondiloartritis
Las espondiloartropatías son un conjunto de enfermedades entre las que destaca como mas frecuente la espondilitis anquilosante, que es más frecuente en varones entre 15-30 años y está asociado en el 90% de los casos a HLA-B27 (un determinado marcador).

Por otra parte, también se incluye la artritis reactiva que aparece normalmente al mes de haber sufrido el paciente un proceso infeccioso (urinario o digestivo), mas frecuente en varones mayores de 20 años que de asociarse a HLA-B27 son formas más agresivas.  Asimismo, cabría destacar la artritis psoriásica que se presenta en pacientes con dicha afectación cutánea que puede estar presente en forma de caspa o eccema retroauricular (aunque no siempre aparece primero en piel); y otras espondiloartropatías asociadas a enfermedad intestinal en su forma de Crohn o colitis ulcerosa con mayor afectación periférica y en una forma crónica juvenil de comienzo tardío en varones de 8-10 años, de forma asimétrica y de afectación en articulaciones periféricas.

Todas ellas pueden tener afectación extraarticular como síndrome general (fiebre, malestar, pérdida de apetito), lesiones cutáneas, oculares (iritis o uveítis anterior), cardiacas entre las que destaca las de conducción eléctrica (bloqueos), intestinales con episodios diarreicos con sangre o moco que pueden indicar enfermedad inflamatoria, pulmonares con procesos de disminución de expansión, renales, neurológicas por compresión de medula ósea o nervio periférico, así como osteoporosis.

Diagnóstico de las espondiloartritis
Su diagnóstico depende del reumatólogo que se basará en historia clínica, exploración completa, pruebas complementarias en las que se incluye analítica y pruebas de imagen. En función del diagnóstico, el tratamiento puede constar de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para el control de los síntomas valorándose el uso de glucocorticoides orales o en infiltraciones articulares o periarticulares, En los pacientes refractarios, con intolerancia a los tratamientos mencionados, con afectación crónica o enfermedad erosiva, se debe instaurar tratamiento con fármacos modificadores de la enfermedad (FAME) como salazopirina, metotrexato, ciclosporina, azatioprina
Si los anteriores fracasan será de indicación el uso de tratamientos biológicos de indicación hospitalaria.

Dra. Socorro Martínez Ríos. ACD Rehabilitación Gijón

Miembro del Grupo de Estudio de las Espondiloartritis de la Sociedad Española de Reumatología (GRESSER).

 

Fotografía: Fondo de Imagen de la SER. Dr. Norberto Gómez. Hospital Povisa.