La artropatía gotosa es la causa más frecuente de artritis a nivel mundial y global, superando en frecuencia a otras como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica o la artritis séptica.

“Las artritis ocasionadas por cristales como el urato monosódico, el pirofosfato de calcio o la hidroxiapatita, por poner como ejemplos de las más conocidas, se comportan de forma parecida. Esto es, en todas ellas se produce un depósito anómalo y contraproducente en articulaciones o tejidos periarticulares, dando lugar éste a episodios inflamatorios agudos que pueden ser recurrentes y hacerse crónicos”, ha explicado el Dr. Enrique Calvo, reumatólogo del Hospital Universitario HM Sanchinarro. “En estos episodios se produce dolor, hinchazón, limitación de movilidad e incluso enrojecimiento de la piel circundante. No obstante, todas ellas difieren en aspectos como el origen del depósito cristalino, la localización predilecta articular, el rango de edad de los pacientes afectados, etc.”, ha proseguido el especialista.

En la mayoría de los casos, los pacientes que presentan estas enfermedades articulares necesitarán un tratamiento farmacológico para “disminuir el depósito de cristales o, al menos, la inflamación que estos producen”, ha asegurado el Dr. Calvo.

Asimismo, tener una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico es muy recomendable para estos pacientes ya que, además de ser beneficioso para las articulaciones, también contribuyen de manera favorable para evitar las comorbilidades que pueden aparecer.

“Entre las enfermedades adicionales yo destacaría la enfermedad renal crónica y los diferentes componentes del llamado síndrome metabólico: hipertensión arterial, obesidad, dislipemia, diabetes mellitus… Por todo ello, también es frecuente encontrar una asociación directa entre gota y enfermedades cardiovasculares como la angina de pecho o el infarto de miocardio, entre otras”, ha señalado el especialista.

Seguir una dieta mediterránea

Durante su participación en el Curso de Reumatopics 2017, organizado por la SER con la colaboración de Menarini, el Dr. Calvo ha insistido en que “una actividad física o deportiva moderada, evitando el sedentarismo, junto con una dieta mediterránea que equilibre el consumo de alimentos menos deseables como cerveza, refrescos edulcorados y carne roja con productos más beneficiosos como verduras, lácteos desnatados y frutas como los cítricos y las cerezas, contribuye en gran medida a corregir los niveles de ácido úrico y, por tanto, las posibilidades de sufrir más ataques de gota”. Aunque ha remarcado que “en otras artritis cristalinas como la condrocalcinosis por cristales de pirofosfato de calcio o la artritis por cristales de hidroxiapatita la dieta tiene menos importancia, pudiendo contribuir ciertos ejercicios físicos a la rehabilitación de articulaciones que sufren depósito de estos cristales para que así no pierdan movilidad y molesten menos a los pacientes” y ha hecho hincapié en “la importancia de mantener un buen grado de hidratación, especialmente en gota, con una ingesta de agua diaria de 2-3 litros”.

Mejora de la calidad asistencial

Teniendo en cuenta las comorbilidades, antes mencionadas, que pueden presentar estos pacientes, el Dr. Calvo ha señalado tres vías para mejorar la calidad asistencial: formación, difusión y detección.

“Hemos de mejorar nosotros, los reumatólogos, en el abordaje integral de estos enfermos, pues muchas veces las comorbilidades cambian por completo el enfoque terapéutico de nuestros enfermos y el pronóstico de los mismos. Asimismo, para optimizar esta detección de comorbilidades, creo que debemos mejorar la formación de nuestros médicos residentes, establecer una buena colaboración con otros especialistas como médicos de Atención Primaria, cardiólogos, nefrólogos, médicos internistas, cirujanos vasculares, etc. Y en el ámbito de la difusión, son muy importantes los medios de comunicación y las redes sociales. Que reumatólogos especialistas de nuestro campo estén presentes resultará clave a corto y largo plazo, pudiendo llegar el mensaje a más médicos y enfermos, mejorando así el tratamiento y pronóstico de los mismos”.