A pesar de que la relación causa-efecto entre los cambios en el tiempo climático y los brotes de dolor articular en pacientes con artrosis persiste siendo un motivo de discusión en la literatura médica especializada, son muchos los pacientes que refieren un empeoramiento de los síntomas de dolor articular con el frío, la lluvia, la niebla, la velocidad y la dirección del viento, y especialmente con las tormentas, las cuales algunos pacientes aseguran predecir con mucha exactitud. Por otro lado, se ha constatado en las consultas que muchos pacientes expresan una cierta mejoría sintomática con la entrada del verano y las temperaturas agradables.

La artrosis es una enfermedad grave, que produce dolor y limitación de la función pudiendo llegar a dificultar la realización de actividades diarias sencillas, lo cual afecta seriamente la calidad de vida de los afectados. La llegada de las temperaturas estivales agradables, pueden mejorar leve o moderadamente los síntomas en algunos pacientes.

Bajar de peso, mantenerse activo, fortalecer la musculatura y usar calzado amortiguado, son las recomendaciones más relevantes del tratamiento no farmacológico, dado que disminuyen el uso de analgésicos y pueden reducir la progresión de la enfermedad.

Sal a pasear, pero… ¡ojo con el calzado!

En este sentido, salir a caminar es un hábito muy aconsejable, que con la llegada del calor agradable y el tiempo libre se suele practicar más. Es muy importante realizar esta actividad, pero siempre evitando los excesos, pues un menor dolor, puede hacer que nos extralimitemos en nuestras posibilidades y el beneficio de esta actividad se vea mermado, dando posteriormente lugar a situaciones de mayor dolor y/o rigidez articular durante o tras el reposo. Además, y no solamente a la hora de practicar la actividad elegida, es imprescindible contar con un calzado bien amortiguado y cómodo. Sería conveniente evitar el uso de tacones superiores a 2 o 3 centímetros.

Por tanto, antes de salir de casa, es básico asegurarse de que disponemos de zapatillas o sandalias adecuadas. Prestar atención a la hora de elegir el calzado diario, nos evitará otras lesiones como: rozaduras cutáneas, ampollas, lesiones tendinosas y sobrecargas musculares que podrían empeorar el dolor articular. Otras actividades recomendables pueden ser: pasear en bicicleta por una superficie sin irregularidades o nadar.

¡No cargues peso e hidrátate correctamente!

Además, se debe evitar cargar peso y, si es imprescindible, es recomendable hacerlo flexionando las rodillas y manteniendo la espalda recta. Si se va a caminar, se debe cargar tan sólo con lo imprescindible. Similar recomendación se extiende a la hora de preparar el equipaje: hay que evitar el peso innecesario y utilizar siempre una maleta con ruedas para transportarlo.

También es extremadamente importante hidratarse bien. Se debe beber agua aún cuando no se tenga sed. En general y como referencia, se debería tener la intención de beber 2 litros de agua a lo largo del día. Otras fuentes de hidratación pueden ser los zumos naturales. En zonas de mucho calor, hay que aprovechar el amanecer o el atardecer para llevar a cabo las actividades al aire libre y evitar hacerlas en las hora centrales del día.

Poder disponer de más tiempo libre y pasarlo con la familia o los amigos es de gran ayuda para el estado de ánimo. Mantener un estilo de vida y un estado de ánimo saludable, es clave para convivir con algunas situaciones de dolor articular y asegurar así un autocuidado óptimo que disminuya la sintomatología de la enfermedad.

Por último, no debemos olvidar usar un fotoprotector solar adecuado si vamos a realizar actividades al aire libre superiores a 15 minutos. Este se debe aplicar media hora antes de exponernos al sol, y es conveniente volver a aplicarlo cada 2 o 3 horas.

 

Otras preguntas habituales:

  •  ¿Qué tipo de ejercicio se debe hacer?

Caminar o pasear en bicicleta por superficies planas, y nadar en aguas templadas. Hay que evitar aquellos ejercicios que excedan las posibilidades que cada paciente ya conoce.

En el caso de caminar por la playa, se recomienda hacerlo por la orilla, pues es donde se encuentra una superficie más dura y menos desniveles, lo que aumentará el confort y la seguridad de los pacientes al hacer esta actividad.

  • ¿Cómo hay que tumbarse en la playa?

Se recomienda evitar tumbarse donde existan grandes irregularidades o superficies excesivamente duras. Sería conveniente, el uso de algún dispositivo similar a una almohada que sea regulable en altura para poder adaptarla.

  • ¿El agua fría del mar o piscina es buena?

Nadar es un ejercicio que favorece la agilidad articular y es fantástico por realizarse en un medio que libera de cierta parte del peso y disminuye el riesgo de lesión articular.

Sin embargo, es conveniente evitar el agua excesivamente fría. Por otro lado, es importante secarse bien al salir del agua y evitar la humedad. Es muy importante tener en cuenta los desniveles del fondo marino para evitar lesiones por impactos articulares inesperados.

  • Que no se debe olvidar comer o beber…

En general, se debe beber agua aún cuando no se tenga sed, evitar las comidas copiosas, comer poco a poco y si es posible 5 veces al día. En general, hay que hacer uso de la dieta mediterránea y particularmente, en lo que se refiere al incremento de la ingesta de frutas y verduras.

 

Dr. Francisco Castro-Domínguez

Reumatólogo de la Unidad de patología mecánica, artrosis y dolor. Reumatek. Centro Médico Teknon, Barcelona.

Servicio de Reumatología, Hospital Universitario Sagrado Corazón, Barcelona.

Secretario del Grupo de Trabajo ARTROSER